viernes, 13 de septiembre de 2013

Long

Nombre: Long
Ubicación: Avd. Mediterráneo,129.  Puerto de Sagunto (Valencia)
Precio medio por persona: 18 euros

Nos trasladamos a una de las mejores playas del litoral levantino, pero esta vez no degustaremos su comida tradicional, sino una de las mejores consecuencias de la globalización. Junto al mar nos encontramos con el restaurante "Long" dedicado a mostrarnos las exquisiteces de la comida asiática. No se trata de un restaurante "chino" cualquiera, sino un local que ha hecho de la calidad y la distinción su máximo exponente. La entrada al restaurante recuerda al interior de una casa de té, pero modernizada, con madera oscura y paneles blancos, adornado con pinceladas de oro. Lejos queda la época de geishas en acuarela sobre un panel luminoso, mientras nos emborrachábamos de un rojo chillón. Cuando nos metemos en ambiente, notamos un detalle ya famoso en este local: su piano de cola. Los sábados por la noche no falta pianista para deleitar la velada. En poco tiempo ya nos hemos sumergido en una nueva Asia, más modernizada, y aun seguimos viendo el mar. 

Cuando nos traen la carta nos sentimos tentados por todo tipo de manjares, sin embargo tenemos la ideas claras: pato laqueado. Recomendado por varios conocidos, ya sentimos curiosidad y dejamos de lado cualquier tentación que le sirvan al vecino. Es más caro que cualquier otro plato (13 euros por persona), así que esta vez será lo único que probemos. Sin embargo, no nos quedamos con hambre, el plato en realidad son tres formas de comer pato: consomé de pato, rollitos de otoño y pato salteado con verduras; y además, es un espectáculo. 

En primer lugar te sirven el consomé de pato: un caldo con algas y pato, aunque las algas son similares a las acelgas. Se presenta en un cuenco con cuchara de porcelana y tiene un sabor muy intenso. Posteriormente traen un carrito a la mesa, donde la camarera tiene el pato laquedado, y en el momento lo cortan y lo preparan con palmito y setas chinas en forma de rollito, todo ello mezclado con una salsa granate que parece saber a mermerlada de fresa, vino tinto, anís y alguna reducción de balsámico. Esta salsa sin duda, además del pato, resultan prácticamente adictivas. Además, la camarera deja las alas del pato para poder dedicarte a una degustación sin límites. Finalmente, lo que sobra del pato se fríe con zanahorias, soja y la salsa que nos ha venido acompañando durante la cena. Tres formas de cocinar y disfrutar un ave magra y sabrosa. Muy recomendable.

Sin embargo, es cierto que puede llegar a ser un poco repetitivo y se hecha de menos un poco de arroz o tallarines. Aunque bien es cierto que el plato en si deja satisfecho. Aun así recomendamos no sólo este plato, sino muchas de las delicias orientales que se esfuerzan por preparar en este restaurante. 


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